El principio de cada charla es importante porque las personas decidirán si vale la pena escucharte o no. El final tiene otra misión, es el responsable de cargar a las personas de sentimientos y capacidad de acción.

Pese a esto, el 90% de quienes hablan en público cometen un error tremendo que arruina todo su trabajo anterior. Ni tú ni yo podemos darnos el lujo de desperdiciar un momento crucial. Ahora vas a saber cómo ejecutar técnicas que realmente funcionan para convertirte en alguien memorable y que logra objetivos.

¡Qué bueno sería poder ajustar nuestras actitudes y argumentos dependiendo de lo que siente otra persona! La pregunta es si esto realmente posible. 

La verdad es que es imposible saber qué piensa otra persona a través de lo que su cuerpo muestra. De hecho, algunos expertos sostienen que la detección del engaño debe enfocarse en lo lingüístico dejando de lado lo que cuerpo emite. 

En este consejo, sabrás dónde enfocar tu energía y tus conocimientos de forma tal que puedas obtener resultados palpables e inmediatos. 

Probablemente uno de los temas más populares dentro del ámbito de la oratoria. Déjame ser claro en esto, los grandes comunicadores también se ponen nerviosos antes de hablar. Los nervios siempre están latentes, el asunto es poder dominar esas mariposas y hacerlas volar en formación.

Para lograr esto, es necesario saber cómo funciona tu mente y la de las personas que te escuchan. Al fin y al cabo, los nervios también se componen por la incertidumbre de lo que los otros piensan mientras nosotros estamos hablando.